domingo, 16 de noviembre de 2008

¿Por qué te quejas?

Hola Amig@s

Me he tomado un momento para escribir en el Blog, ya que esta semana ha sido de lo más positiva para mí en lo que se refiere a los afectos.
Gerardo ya está en su casa junto a su familia y muy recuperado, aprendiendo a vivir ahora de una forma más tranquila y mesurada y insistiéndome a que realice la reunión con nuestros compañeros de escuela, pero ya le he dicho que la haremos más adelante no sólo por decisión mía, sino también de todos ellos que han sido de gran acompañamiento en esos días tan difíciles.
Mi querida Amiga Graciela también esta librando su gran batalla, los exámenes médicos están dando valores de los más esperanzadores.
Han sido semanas duras en lo que se refiere al tratamiento, donde la he visto llorar y sufrir por los efectos, y solo podía acariciarla y acompañarla muchas veces desde el silencio, sale muy mal, y sus primeros días son terribles se la pasa en cama, vomitando todo, sin poder evitarlo. Y después de esto se restablece y cuando se acerca la otra sección me pregunta ¿Me vas a acompañar mañana? Mi apoyo es fundamental así me lo hace sentir Graciela. Ella tiene momentos de mucho malestar físico, quemaduras por las radiaciones, pero jamás deja caer su ánimo, saca fuerzas que me asombrabany me emocionan por demás. El otro día me dijo que era yo quien le daba el valor y las energías. Y yo pensé, pienso y seguiré pensando: ¡Qué mujer esta! Si es ella quien en todo momento con su ejemplo me dice sigue, ya estamos ganando.



Y todo esto me lleva cada día a la reflexión de que cuantas veces nos quejamos por cosas insignificantes y hacemos de ellas un hábito así sin darnos casi ni cuenta de ello.
Realmente la tarea mas difícil que tenemos que ganar es la gran batalla de nuestro corazón, porque el es el centro de nuestro ser y la condición de nuestro corazón será la que determinara todo lo que hacemos y lo que somos. Así como las cosas buenas emanan de él también lo hacen los malos deseos, la venganza, el desanimo, la mentira y todo lo negativo que pueda existir.
Estamos acostumbrados a quejarnos, y nuestras quejas se hacen oír en la calle, en el bar, en la cola del supermercado, en el banco, en el trabajo, en las paradas de colectivo (autobús), en la sala de espera del hospital. Nos quejamos en voz alta, nos quejamos con cacerolazos, nos quejamos en silencio o nos quejamos a los gritos. Nos quejamos si el teléfono suena a cada instante, pero si no suena en todo el día nos quejamos porque no nos llaman. Nos quejamos si hace frío o si hace calor. Nos quejamos si los niños son revoltosos y sino no lo son nos quejamos porque algo les debe estar pasando. Nos quejamos si hay mucho tránsito o si hay un peaje. Nos quejamos porque no llueve y cuando llueve nos quejamos porque estamos pasados por agua. Nos quejamos de que nadie nos ayuda y cuando lo hacen nos quejamos de su ayuda. Nos quejamos si la ruta está desastrosa. Nos quejamos si tenemos mucho trabajo, pero también si tenemos poco o nos falta. En fin, parece que nuestro deporte preferido es quejarnos o al menos, eso parece. Estamos tan apegados a ellas, las quejas, que ni siquiera nos damos cuenta de que cuán quejosos somos.
La palabra “queja” según la definición del diccionario dice que es “la expresión de dolor, pena, sentimiento, resentimiento o desazón”. La queja viene a ser un lamento, un gemido de un corazón que siente que nunca recibe lo que le corresponde.
Entonces seria bueno PENSAR y por sobre todo VER y descubrir que hay detrás de este lamento, de esa queja, porque a veces está tan enquistada en nosotros que no nos damos cuenta que esconde algo mucho más allá de lo que nosotros podemos advertir.
No debemos permitir que las malas actitudes se manifiesten en lo cotidiano nuestro, no debemos dejar que rijan nuestra vidas porque sino se convertirán en ataduras que no nos dejaran crecer y poder sentir la plenitud que nos da el hacer las cosas bien.
Entonces hoy como gesto te invito a que puedas pensar y anotar en un papelito qué queja vas a tirar a la basura y vas cambiar de actitud. Solo tenemos que proponernoslo desde el corazón y pensar.
Te deseo un muy buen trabajo personal.

Iris

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Madrina
Por suerte todo va mejor y eso nos pone a todos superfelices.
Cuando leí lo que escribiste cai en la cuenta, de que es verdad lo quejosos que somos en cosas tan superficiales.
Yo anoche comence mi lista y ¡cuantas cosas tengo para cambiar!
Te quiero mucho
Fer

Anónimo dijo...

Amiga
Primero que nada te digo que me alegra mucho que a Graciela le vayan saliendo bien los exámenes.
Mientras leia lo que escribistes sobre "nosotros los quejosos" es increible en cuantas cosas me vi reflejada. La verdad Iris que tenés razón cuando me retas y me decis que me quejo por todo y que todo lo veo negro, te prometo que voy hacer mi lista que sera muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuy larga y cambiar mis actitudes ante las cosas y las personas.
Mañana es el cumpleaños de Agus ¿no?
Un beso
Norma