jueves, 22 de enero de 2009

Hola Amig@s

Después de tantos días vuelvo a escribir en mi Blog.
No se como hacerlo, me encuentro bloqueada, pero aún así, con ganas de volver a retomar. Respiro hondo… y preparo el terreno para recuperar a aquella que vuelve, en cada entrada a dejarles un pedacito de su vida.
Hoy quiero compartirles un hermoso Cuento de Mamerto Menapace, Monje Benedictino en Los Toldos provincia de Buenos Aires.
El Cuento lleva el nombre “Morir en la pavada” espero que lo disfruten por sobre todo con el corazón.


Una vez un catamarqueño, que andaba repechando la cordillera, encontró entre las rocas de las cumbres un extraño huevo. Era demasiado grande para ser de gallina. Además hubiera sido difícil que este animal llegara hasta allá para depositarlo. Y resultaba demasiado chico para ser de avestruz. No sabiéndolo que era, decidió llevárselo. Cuando llegó a su casa, se lo entregó a la patrona, que justamente tenía una pava empollando una nidada de huevos recién colocados. Viendo que más o menos era del tamaño de los otros, fue y lo colocó también a éste debajo de la pava clueca.Dio la casualidad que para cuando empezaron a romper los cascarones los pavitos, también lo hizo el pichón que se empollaba en el huevo traído de las cumbres. Y aunque resultó un animalito no del todo igual, no desentonaba demasiado del resto de la nidada. Y sin embargo se trataba de un pichón de cóndor. Si señor, de cóndor, como usted oye. Aunque había nacido al calor de la pava clueca, la vida le venía de otra fuente.Como no tenía de donde aprender otra cosa, el bichito imitó lo que veía hacer. Piaba como los otros pavitos, y seguía a la pava grande en busca de gusanitos, semillas y desperdicios. Escarbaba la tierra, y a los saltos trataba de arrancar las frutas maduras de los árboles. Vivía en el gallinero, y le tenía miedo a los cuzcos lanudos que muchas veces venían a disputarle lo que la patrona tiraba en el patio de atrás, después de las comidas. De noche se subía a las ramas del algarrobo por miedo de las comadrejas y otras alimañas. Vivía totalmente en la pavada, haciendo lo que veía hacer a los demás.A veces se sentía un poco extraño. Sobre todo cuando tenía oportunidad de estar a solas. Pero no era frecuente que lo dejaran solo. El pavo no aguanta la soledad, ni soporta que otros se dediquen a ella. Es bicho de andar siempre en bandada, sacando pecho para impresionar, abriendo la cola y arrastrando el ala. Cualquier cosa que los impresione, es inmediatamente respondida con una sonora burla. Cosa muy típica de estos pajarones, que a pesar de ser grandes, no vuelan.Un mediodía de cielo claro y nubes blancas allá en las alturas, nuestro animalito quedó sorprendido al ver unas extrañas aves que planeaban majestuosas, casi sin mover las alas. Sintió como un sacudón en lo profundo de su ser. Algo así como un llamado viejo que quería despertarlo en lo íntimo de sus fibras. Sus ojos acostumbrados a mirar siempre el suelo en busca de comida, no lograban distinguir lo que sucedía en las alturas. Pero su corazón despertó a una nostalgia poderosa. ¿Y él, porqué no volaba así? El corazón le latió apresurado y ansioso.Pero en ese momento se le acercó una pava preguntándole lo que estaba haciendo. Se rió de el cuando sintió su confidencia. Le dijo que era un romántico, y que se dejara de tonterías. Ellos estaban en otra cosa. Tenía que ser realista y acompañarla a un lugar donde había encontrado mucha fruta madura y todo tipo de gusanos.Desorientado el pobre animalito se dejó sacar de su embrujo y siguió a su compañera que lo devolvió a la pavada. Retomó su vida normal, siempre atormentado por una profunda insatisfacción interior que lo hacia sentir extraño.Nunca descubrió su verdadera identidad de cóndor. Y llegado a viejo, un día murió. Sí, lamentablemente murió en la pavada como había vivido.

¡Y pensar que había nacido para las cumbres!
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A mi en lo personal este cuento tan simple pero a la vez tan directo, me lleva a reafirmar lo que muchas veces les he dicho y digo especialmente a los jóvenes cuando se los narro, que la mejor manera de asegurarnos de ser Cóndor en vez de “pavos” es la educación, es aprendiendo, es leyendo, porque sólo así lograremos mantener nuestra mente más abierta.
La mayor ignorancia sólo se nutre de las mentes cerradas.
Este cuento nos invita a la reflexión de que debemos atrevernos a ver más allá de lo que nos han enseñado, y a oír a las personas aunque no piensen igual que nosotros.
Tenemos que atrevernos a mirar dentro nuestro y ver allí nuestras capacidades porque si no lo hacemos nos quedaremos parados en el mismo lugar, sin hacer aquello que nos engrandezca como PERSONAS.
Debemos ser nosotros mismos, debemos ser ORIGINALES y no ser copia de nadie.
Cada día es un desafío para no vivir y morir en la pavada.
Siento que estaría bueno hoy preguntarnos, luego de la lectura de este cuento:
¿Que sueño estoy postergando?
¿Cuál es mi fuente de vida?
¿Hacia dónde me lleva mi entorno?
¿Qué cosas me están atando a una vida sin “vuelo”?
¿Qué cosas hago solo por complacer al otro?
¿Insito yo a otros a vivir en la “pavada”?
¿Soy generador/a de discernimiento para la vida de los otros?

Sólo te deseo de corazón que te atrevas a buscar las respuestas, Y NO VUELVAS HOY TU MIRADA AL SUELO .
Iris

21 comentarios:

Alberto dijo...

Hola Iris
Que alegría me dio hoy ver que escribiste nuevamente en el blog, todos estos días que no lo hiciste recorrí cada una de tus entradas y no puedo decirte que alguna me pareció mejor que otra, porque en todas se ve la transparencia de tu corazón.
La de hoy me toco de sobremanera, nunca había leído ni escuchado este cuento ¿o quizás si? porque durante mucho tiempo he vivido en la pavada y no tenía oídos para oír, ni ojos para ver lo realmente trascendental.
Y hoy que me encuentro tan lejos de la familia y los amigos, por mi trabajo, puedo decir que este pequeño "pichón de cóndor" está aprendiendo a darle vuelo a su vida.
Como me dijiste el sábado "Alberto nunca es tarde para recomenzar"
Te quiero mucho
Alberto

Anónimo dijo...

Hola Madrina

Me hace muy bien que verte escribiendo en el Blog. El cuento fantástico,vos sabés que yo ya lo conocía porque me lo conto una personita a la cual amo mucho ¿sabés quíen es? Siiiiiiii vos.
Y es bueno volverlo a leer, porque a veces sin querer uno se olvida que está en está vida para vivirla en plenitud y perdemos el tiempo en cosas sin importancia que frenan nuestro crecimiento personal.
¡Gracias!
Un fuerte abrazo de oso.
Fernanda

Anónimo dijo...

Muy bueno, realmente te deja para pensar mucho. No lo conocía y mirá que me contaste un montón de cuentos lindos.
Besos
Norma

Unknown dijo...

Las reflexiones a partir de este breve cuento se abren para múltiples consideraciones. Muchos de nosotros acaso no nos comportamos como el pavo-cóndor al no descubrir quiénes somos, cuáles son nuestras potencialidades, saber que tenemos alas pero no nos animamos a intentar volar y terminamos reduciéndonos a uno más del montón, de la masa. A menudo no descubrimos y no valoramos nuestra dignidad de persona y que estamos llamados a ser protagonistas de un destino relevante y de significación para con los demás. No tenemos fuerza para luchar por lo que amamos y creemos, y nos resignamos tan fácilmente a ser engañados y manipulados, por otros que nos utilizan y nos hacen creer que no existen otras alternativas para la rutina de la vida. A menudo no nos damos cuenta de que los medios de comunicación nos estandarizan imponiéndonos modelos que no entendemos y que nos vacían la vida de contenido arrebatándonos hasta la identidad. Por eso no nos educan para pensar. Los explotadores de poder político y económico nos quieren masa y persiguen a los que piensan. Necesitamos recuperar a la persona que hay en nosotros. Superar el miedo que nos impide volar. Romper con la estandarización que nos hace uno más del montón. Necesitamos descubrir y valorar nuestra condición de seres humanos capaces de luchar por nuestros derechos y reivindicar nuestra dignidad. Es lo único que puede salvarnos del peligro de vivir y de morir en la pavada.

Anónimo dijo...

Cual es la enseñanza que te deja

Anónimo dijo...

Hola. Yo entiendo lo que dicen. Pero el cuento es cruel con los pavos. I el condor es mas que un pavo ni el pavo vas que nadie. Es un pavo ni un irresponsable. Repito. Es lindo el mensaje. Pero cruel con el pavo.por ejemplo. Si en vez de un pavo fuera un ganso?? El ganso vuela. Quizas ahi hubiera sido mejor. en vez de pavafas hubiera vilado mas alto y hubiera hecho gansadas.

Unknown dijo...

Hermoso cuento realista, adecuado para los jóvenes que no se atreven a dejar lo que les hace mal. Mi vida siempre fue de exfuerzos y escalar de a poco hoy soy muy feliz y trato de enseñar con los valores se agradece. Un abrazo

Agustín Riquelme dijo...

Que tipo de texto es y porque?

Unknown dijo...

Q enseñanza deja el cuento?

Unknown dijo...

Q enseñanza deja el cuento?

Anónimo dijo...

HOLA, UNA PREGUNTA SOBRE EL CUENTO. ¿cUAL ES LA VOCACIÓN?

Unknown dijo...

Muy lindo el cuento 👍👍

Anónimo dijo...

Que enseñanza nos deja el cuento?

Unknown dijo...

Que quiso expresar el autor cn sintio un sacudon en lo producto de su ser . Sus ojos acostumbrados a mirar siempre el suelo en busca comida , no lohraba distinguir lo que sucedia en las altas alturas.en su corazon se desperto una nostalgia poderosa

Unknown dijo...

Que enseñanza deja este cuento ?

Unknown dijo...

cursi

Unknown dijo...

Que enseñanza deja este cuento

Anónimo dijo...

Ns

milagrosdesimone6@gmail.com dijo...

Que enseñanza deja el cuento ??

Daiana dijo...

Cual es la enseñanza del cuento

Anónimo dijo...

Hola yo entendí este hermoso relato es increible